La voz de los Gobiernos Locales. Un espacio de encuentro y reivindicativo
Heliodoro Gallego Cuesta
Presidente de la FEMP 2006-2007
Alcalde de Palencia (1991-1995 y 1999-2011)
Tomé el testigo como Presidente de la FEMP, siendo Alcalde de la encantadora ciudad de Palencia, de Francisco Vázquez, un notorio referente del municipalismo español. Lo hice con humildad e ilusión, buscando generar amplios consensos, trabajando en equipo y abriendo la FEMP, para continuar dando respuestas a las justas demandas de las Entidades Locales.
La FEMP cumple en 2021 40 años, desde el 13 de junio de 1981, en que se inició en el Palacio de Congresos de Torremolinos, la Asamblea Constituyente, con la participación de Alcaldesas y Alcaldes de cerca de 500 municipios de todo el país.
La FEMP es el cobijo de todos los que luchan por la buena causa del municipalismo, la casa abierta de todos los municipalistas, en la que la tolerancia, el respeto y el consenso deben ser sus señas de identidad. Es la voz de los Gobiernos Locales. La institución de representación plural del mundo local español, una organización que ha sabido aglutinar la diversidad de los más de 8.000 Ayuntamientos, grandes, medianos y pequeños, las Diputaciones, Cabildos y Consejos Insulares. Lo ha sido, y debe seguir siendo, el interlocutor tenaz, exigente y reivindicativo de los intereses de las Entidades Locales: competencias claras, financiación estable y suficiente, autonomía local y reconocimiento institucional de los Poderes públicos.
La FEMP surge como una necesidad. Las Corporaciones Locales, que habían contribuido con lealtad al nacimiento del Estado Autonómico, veían con inquietud como las permanentes reclamaciones de las Alcaldesas y Alcaldes no eran tenidas en cuenta por la Administración del Estado ni por las Comunidades Autónomas. Era necesario hacer frente a las nuevas realidades y problemas urgentes surgidos por la profunda trasformación de las ciudades en materia de servicios sociales, cultura, deporte, inmigración, medio ambiente… con una escasa financiación y sin tener competencias. Mucho, demasiado, se ha tardado en reconocer aunque sea de manera insuficiente la existencia de estos gastos denominados impropios.
Los Gobiernos Locales a su vez, es de justicia reconocerlo, fueron fundamentales para la consolidación del Estado democrático y motores del progreso experimentado por los pueblos y ciudades en el periodo democrático. Son, además, la primera instancia institucional a la que se dirigen los ciudadanos para exponer sus necesidades y demandar soluciones, abriendo cauces de participación, mediante los cuales, los ciudadanos se involucran en la toma de decisiones.
Para hacerse justicia con las Entidades Locales debe aplicarse de verdad el artículo 137 de la Constitución Española, y el 142, que consagran la autonomía local y la suficiencia financiera de las Corporaciones Locales, un compromiso político que afecta a la Administración del Estado y a las Comunidades Autónomas. Son el tercer pilar del Estado.
Por consiguiente, era necesaria la institucionalización de la FEMP, era imprescindible en un marco de cooperación interadministrativa, con presencia activa y con voz propia y por derecho propio en los órganos de decisión política. De esta forma, los Ayuntamientos no tenían que mendigar que se les invitara a participar a en donde realmente tenían derecho a estar.
Son grandes las carencias de las Entidades Locales, dependientes en gran medida de la financiación de la Administración del Estado y de las Comunidades Autónomas y de su voluntad política. Son muchos los retos y desafíos de los Ayuntamientos, de las grandes ciudades, de las medianas y de los más pequeños, con una despoblación creciente, a los que tengo especial querencia, porque la labor de las Alcaldesas y Alcaldes es más altruista y exigente, recordando cómo uno de ellos, Brañosera, en la provincia de Palencia, es el primer municipio de España, al tener la primera Carta Puebla, otorgada en el año 824 por el conde Munio Nuñez.
Las Entidades Locales, han pasado de ser Administraciones tradicionales a convertirse en verdaderos Gobiernos Locales para afrontar nuevas y cambiantes realidades apenas impensables hace unos años.
El campo local es estratégico para la aplicación de algunas políticas en un mundo globalizado. La sociedad actual cambia a un ritmo de vértigo. Las ciudades y pueblos son espacios generadores de oportunidades, en términos de sostenibilidad, la lucha contra la exclusión, el medio ambiente, la igualdad, y mejora de la calidad democrática, liderando todo lo que tenga que ver con las nuevas políticas.
La ciudad siempre está inacabada.
Gracias a las personas que colaboraron conmigo, a las Alcaldesas, Alcaldes, Concejales, Presidentes de las Diputaciones, de los Cabildos y Consejos Insulares y al personal de la FEMP, por su profesionalidad y compromiso, que son un tesoro para la institución.