“El municipalismo, esto tan maravilloso de lo que todos formamos parte”
Pedro Castro.
Presidente de la FEMP 2007-2011
Alcalde de Getafe 1983-2011
En este artículo, Pedro Castro, repasa y agradece el esfuerzo municipalista que ha generado un espacio de encuentro, esfuerzo y consenso al servicio de las necesidades e inquietudes ciudadanas. El sueño que hoy es realidad.
Gracias a todos y todas que con su esfuerzo, con nuevas apuestas, con nuevos sueños han hecho posible que todos juntos, sin exclusiones, hayan convertido al municipalismo en primera línea al servicio de la ciudadanía, para hacer de nuestras ciudades y pueblos espacios de libertad, de cohesión social, de creatividad cultural, de solidaridad intergeneracional y madurez democrática; en los que gracias a una ciudadanía mas implicada en y con el proceso de toma de decisiones y respetuosa con la pluralidad y diversidad, nos permiten asistir una vez más, como cada día, al hermoso dialogo que se produce entre la Libertad y la Tolerancia, que tanta modernidad y tanto progreso ha traído a nuestros municipios.
Para responder a las demandas ciudadanas, desde el municipalismo sabemos que tenemos que arbitrar mecanismos de interlocución rápidos, agiles y eficaces, manteniendo vigente, como motor de acción, el dicho de que “lo difícil lo hacemos ya y lo imposible tardamos un poco”. Hay sueños que en su momento nos parecieron imposibles y que hoy podemos ver como parte integrante de la realidad.
Seguro que a ninguno se nos escapa que en el momento actual tenemos una oportunidad de construir ideas que otras generaciones anteriores no hubieran ni imaginado. La constatación de la existencia de una ciudadanía comprometida e involucrada con su entorno exige por nuestra parte no cometer la irresponsabilidad de desaprovecharla por mas tiempo e integrar esa fuerza en la construcción de un proyecto de futuro. El proyecto de una ciudad, de un pueblo, nunca es algo acabado; la realidad local es compleja, cambiante, que a la vez exige proyectos flexibles y cercanos, y sólo si somos capaces de comprometer a la ciudadanía en la co-creación de sus ciudades, pueblos o barrios, sólo si somos capaces de formular propuestas a la altura de sus sueños y a la medida de sus necesidades tendremos el “Todos” desde el que es posible consolidar realidades y arraigos, abriendo una ventana a la esperanza de estar construyendo ciudades y pueblos más libres e integrados donde la diversidad constituye un enriquecimiento y seña de identidad.
En una coyuntura como la actual, es imposible no darse cuenta que a las dificultades que tradicionalmente nos han acompañado, dificultades que ni son pocas ni pequeñas, ahora hay que tener en mente otros desafíos cuyo alcance, profundidad y, sobre todo, la velocidad con la que modifican nuestras realidades, hace necesario que las incorporemos, pues solo así tendremos la posibilidad de mirar, de ver y anticipar la cambiante realidad que afrontaremos en años venideros.
La globalización, los avances tecnológicos o el cambio climático producirán, sin duda, cambios en nuestra vida, deslocalizaciones individuales o colectivas que generarán desafíos territoriales y sociales cuyo mayor impacto se dará en el ámbito local. Serán desafíos para las ciudades y oportunidades para nuestros pueblos.
Sin duda, en el futuro más cercano la riqueza como concepto global estará en los yacimientos del conocimiento, y de cómo prioricemos y gestionemos el talento dependerá, en gran medida, el avance del país, proyecto en el que todos, una vez más sin distinciones, necesitamos, queremos y debemos estar implicados.
Y es por ello por lo que debemos tener muy presente que la riqueza, la diversidad, la cultura, el conocimiento o el talento, cuando se juntan y se convierten en motor de crecimiento lo hacen en nuestros municipios pues es allí donde la riqueza, la diversidad, la cultura, el conocimiento y el talento duermen, sueñan, viven y conviven.
Hace tiempo hubiera pensado que escribiría estas líneas con un sentimiento diferente, hubiera pensado que después de haber tenido la oportunidad de ser Alcalde durante casi treinta años y cuatro de ellos como Presidente de la FEMP, el tiempo metería distancia y quietud a mi perspectiva…, y ahora me doy cuenta de que no es así. Haber tenido la oportunidad y el privilegio de ser parte de esta fuerza imparable que es el municipalismo, de la acción transformadora que conlleva, de haber participado en la acción que mueve y transforma la realidad, y realmente mejora la vida de nuestros vecinos, te hace entender que no, que los sueños, la ideas o los proyectos brotan, siguen brotando a borbotones, igual que permanece la capacidad de apasionarse con cada cosa que podemos hacer… Sin la menor duda, volvería a vivir otra vez todo lo que he vivido para seguir aprendiendo en qué consiste esto tan maravilloso del que todos formamos parte: el municipalismo.